Para entender bien este concepto, tenemos que saber que los vatios nos dicen lo que consume la bombilla de electricidad, y los lúmenes la cantidad de luz que generan. ¿Ventaja de las LED? Pocos vatios para muchos lúmenes, lo que puede suponer un 80% de ahorro en electricidad, ya que se paga según la cantidad de vatios consumidos. Generalmente suele ser de un máximo de 90 lúmenes.
Lúmenes reales = al nº de vatios x 70, aproximadamente. Para hacernos una idea, una bombilla LED de 12W, equivale a unos 850 lúmenes, y sustituiría a una bombilla de 60W.
El ángulo de apertura de la luz
Este parámetro es relativamente sencillo:
Un ángulo menor (40º), conseguirá un efecto “foco” para iluminar un espacio menor y más localizado.
- A ángulo más abierto (120º, por ejemplo), más capacidad de iluminar, con una sola bombilla, más espacio (son las comúnmente usadas para iluminar una habitación).
Así, según lo que quieras iluminar, infórmate del ángulo de apertura de la bombilla.
Temperatura
Esta temperatura de color, viene definida por los grados kelvin de cada bombilla. Podemos dividir las bombillas según su temperatura en 3 tipos:
- Blanco frio: equivale a 5800K. Luz blanca más intensa, perfecta para trasteros, garajes...
- Blanco puro: 4500K. Intensidad media, apta para cocinas, baños, etc.
- Blanco cálido: 3000K. Más tenue y de ambiente, ideal para salones o habitaciones.
¿Qué problemas te has encontrado a la hora de adquirir una bombilla LED? ¿Aún no las has probado? Teniendo en cuenta que puedes ahorrar hasta un 80% en la factura de la luz, ¿crees que es una buena inversión aunque su adquisición sea más elevada? ¡Cuéntanos tu experiencia LED!